La Selección Natural es la teoría propuesta por Charles Darwin en su celebre libro El Origen de las Especies. El señala en su teoría que todas las especies vienen de un antepasado común. Esta teoría dice que si hay dos especies parecidas, una es favorecida por la naturaleza mientras la otra se extingue.La Selección Natural
La teoría completa de Darwin fue publicada en 1859 como "El origen de las especies por medio de la selección natural".
Este libro, del que se ha dicho que "conmocionó al mundo", se agotó el primer día de su publicación y se tuvieron que hacer seis ediciones sucesivas. En esencia, la teoría de la evolución por selección natural sostiene que, a causa del problema de la consecusión de alimentos descrito por Thomas Robert Malthus en su Ensayo sobre el principio de población, los jóvenes miembros de las distintas especies compiten intensamente por su supervivencia. Los que sobreviven, que darán lugar a la siguiente generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables,al proceso de selección natural, y estas variaciones se transmitirán a través de la herencia.
En consecuencia, cada generación mejorará en términos adaptativos con respecto a las anteriores, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las especies. La selección natural es sólo parte de la amplia teoria de Darwin. Introdujo también el concepto de que todos los organismos parecidos descienden de antecesores comunes. Además dijo un respaldo adicional al antiguo concepto de que la propia Tierra no es estática sino que está evolucionando.
Reacciones a la teoría
Las reacciones ante El Origen de las especies fueron inmediatas. Algunos biólogos dijeron que Darwin no podía probar su hipótesis. Otros criticaron su concepto de variación, sosteniendo que ni podía explicar el origen de las variaciones ni cómo se transmitían a las sucesivas generaciones. Esta objeción en concreto no encontró respuesta hasta el nacimiento de la genética moderna a comienzos del siglo veinte. Fueron muchos los científicos que siguieron expresando sus dudas durante los ochenta años siguientes. Sin embargo, los ataques a las ideas de Darwin que encontraron mayor eco no provenían de sus contrincantes científicos, sino de sus oponentes religiosos. La idea de que los seres vivos habían evolucionado por procesos naturales negaba la creación divina del hombre y parecía colocarlo al mismo nivel que los animales. Ambas ideas representaban una grave amenaza para la teología ortodoxa. Los años siguientes Darwin pasó el resto de su vida ampliando diferentes aspectos de los problemas planteados en El Origen de las especies.